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EL ÚLTIMO ENEMIGO

       Al detenernos a reflexionar acerca de la vida y de la muerte hay algo que no siempre nos acaba de encajar del todo. Al nacer, aparecemos de inmediato en la vida a través de una brecha de dolor y comenzamos a respirar. Al morir, hacemos un recorrido por el tiempo desde el momento en que esa brecha se cerró y quedó atrás hasta que vuelve a aparecer el dolor, cesa la respiración y nos vamos consumiendo. ¿Y todo lo que hemos recorrido en ese breve lapso de tiempo, para qué? Es momento de preguntarnos ¿Qué es la vida? ¿pueden la vida y la muerte coexistir? ¿tiene sentido la existencia?   ¿es una ilusión? ¿para qué me preocupo? ¿para qué disfruto? ¿para qué trabajo? ¿para qué…? Hubo un momento en este lapso de mi propia existencia en el que estas preguntas me abrumaban y golpeaban como si, sumergido en la mar picada y entre trago y trago de agua salada, tratase inútilmente de sobrevivir un segundo más y viendo la imposibilidad de hacerlo, me dejara absorber por el abismo para acab

SEPULTADO FRENTE A LA OSCURIDAD

  “Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones, contemplan sus cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro.” (Apocalipsis 11.9)   (v.11) “Pero después de los tres días y medio, Entró en ellos un aliento de vida procedente de DIOS, Y se pusieron sobre sus pies, Y un gran temor cayó sobre quienes los contemplan.”   (v.12) “Y oyeron una gran voz procedente del cielo, que les decía: ¡Subid acá! Y subieron al cielo en la nube, y los contemplaron sus enemigos.”   “¿No alarga uno la mano al hundirse, O no grita por socorro ante el desastre?” (Job 30.24)   -         Y aquí estoy, ¿hasta cuándo? No lo sé, ¿para qué? Tampoco lo sé. Pero sé que es para bien.   Por eso te canto, Porque mis ojos no te ven, Pero desean verte,   Aún en medio de mis cavilaciones, Me inundan las tristezas, Me ahogo en las frustraciones, Hundiéndome en la oscuridad. Hasta que toco fondo.   Alumbra mis

CRISTO, UNA REALIDAD DIFERENTE

¿De dónde nacen las incertidumbres? ¿De dónde las disputas, carencias y enredos? Nacen de la visión de la realidad que llevamos instalada en nuestra mente y corazón. El órgano gestor y regulador de nuestro ser se llama  psiquis , es el promotor de tus decisiones y por consecuencia de tus caminos. Allí se alberga, define e imprime la realidad que vives y por tanto la que expresas. Si observamos lo más objetivamente posible nuestro ser, acabamos encontrándonos con una incertidumbre constante que parece que no acaba de resolverse. Y lo que ocurre es que no llegamos a calibrar correctamente lo que somos, cómo somos y de qué estamos hechos. Esto sucede porque no encontramos al patrón original de nuestro diseño. En algún momento de la existencia humana se produjo un hecho realmente trascendental. El hombre se separó de Dios. Quedó aletargado espiritualmente al cesar su conexión con la fuente misma de la vida. En ese instante es dónde, como hombres, quedamos atrapados con las circunstancias e

LA VERDAD ABSOLUTA

  …Qué título… ¿no? En innumerables ocasiones se manifiesta en el vivir humano una duda existencial que cuestiona el hecho de que, si realmente, hay una verdad absoluta.  Automáticamente se despliegan los mecanismos racionales, lógicos e imaginativos de la mente, además del sistema sensorial, y éstos a su vez, se entremezclan influyendo directamente con nuestra capacidad de decisión. De aquí nace el cuestionamiento relativo de nuestra percepción. Entonces es cuándo comienza un debate interminable enrolado en la razón, ¿Y quién tiene la razón? Y claro, esto pasa porque, para tomar una decisión, primero tienes que pensar ¿Qué pensaré para hacer? o ¿Qué haré para pensar? Porque tu libertad de decisión es tu tesoro, un trofeo que todo el mundo quiere conquistar. Hay muchas razones muy lógicas, y toda persona se especializa en abogar por las suyas, porque, de hecho, estos argumentos protegen y defienden sus propios principios, como es normal. Y bueno, yo no soy diferente, pero sé qu

SE ME OLVIDÓ PONER LA OTRA MEJILLA

  En esta ocasión tengo que venir a aclarar un asunto de prioridad nacional. Hoy escuchaba decir a un muy buen periodista y escritor que jamás se le debería tapar la boca a nadie. Y esto es así, sé que lo ha dicho por mí. Porque la verdad no se trata de una guerra dialéctica para ver quién lleva o no lleva la razón. La verdad siempre se viene revelando a través de la franqueza viva del ser humano que la está proclamando desde alguna cábala interna a través de su boca. Por supuesto, también hay argumentos en los corazones de la gente que nacen de la maldad. Y sí, se manifiestan en forma de palabras en este mundo. Vocablos que nacen de pensamientos torcidos y desviados de la mera realidad, porque la existencia es en sí misma una gracia que viene desde el mismísimo cielo. Y acabo de ser consciente de que llevarme a mí la contraria puede resultar muy peligroso. De hecho, cuando cohabitas con la ignorancia, no eres consciente de que reside algo en ti de esa criatura malvada que tratas de

EL HOMBRE Y LOS DOS ÁRBOLES

Para poder comprender la realidad cuando hablamos de “evangelio”, que traducido es “Buenas Noticias”, hemos de remontarnos hasta un poco antes de este tiempo cronológico en el que estamos parados, estación en la que nos encontramos inmersos a consecuencia de un suceso que hoy te voy a tratar de transmitir. Vamos allá: DIOS forma al hombre usando dos substancias esenciales (polvo de la tierra y Su propio aliento divino) con el propósito de expresarse a sí mismo en la creación. Paralelamente se nos muestran dos árboles que van a determinar el recorrido de todo este viaje: El Árbol de La Vida y El Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal  (Génesis 2) . Y allí estaba Adán, parado frente a estos dos individuos arbóreos, sin un reloj que le persiguiera, desnudo, creado en una condición inocente y libre. Sin inclinaciones ni hacia la vida, ni hacia la muerte, en un estado neutral. Y claro, para tener un entendimiento completo acerca de este asunto, vamos a ir un poco hacia atrás en la eter

MI CORAZÓN LO OCUPA UN MUERTO

       En vista de lo que puedo llegar a deducir que alberga mi subconsciente, veo que la realidad es que me invade la indecisión, la falta de gozo y la soledad. ¿Quién produce esto en mi interior? Pues la respuesta es que allí habita un ídolo caído, alguien de otro tiempo que yace y hiede en su propia podredumbre. Un ser que hay que desalojar de inmediato porque es una carga inútil. Ese ser, en mi caso, es un tal Adrián. ¿Qué ocurre? Pues ocurre que en este cosmos de superficialidad parece más fácil pretender ser quién no eres, a ser auténtico. Hay una parte en nuestro ser que la sabiduría define como el corazón. Esta es una parte que comprende la totalidad de tu alma y un tercio de tu espíritu. Esto es el corazón. Sí, el órgano de amar. ¿Y que hay en tu alma? Pues según esta sabiduría, tu alma está formada de tres elementos esenciales de la misma manera que lo está tu cuerpo. Tu cuerpo tiene cabeza, tronco y extremidades. Tu alma tiene mente, voluntad y emociones. También tu espí